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miércoles, 22 de enero de 2014

De la competencia en autonomía personal para los alumnos con nee

  El actual Real Decreto 1513/06 sobre el currículo de la Educación Primaria, se refiere a la competencia en autonomía e iniciativa personal como aquella que hace referencia por una parte, a la adquisición de la conciencia y aplicación de un conjunto de valores y actitudes personales interrelacionadas, como la responsabilidad, la perseverancia, el conocimiento de sí mismo y la autoestima, la creatividad, la autocrítica, el control emocional, la capacidad de elegir, de calcular riesgos y de afrontar los problemas, así como la capacidad de demorar la necesidad de satisfacción inmediata, de aprender de los errores y de asumir riesgos.

  Estas 13 habilidades o subcompetencias destacadas en negrita constituyen una parte indispensable en el desarrollo personal de cualquier alumno, sin embargo cobra muchísimo más sentido si el alumno presenta necesidades educativas especiales (en nuestro caso asociadas a discapacidad visual).
La competencia básica sobre la autonomía personal se configura por tanto como una de las competencias más importantes que debemos desarrollar en los alumnos con nee, especialmente entre los alumnos con déficit visual.

  Este artículo pretende ofrecer una ayuda a aquellos docentes que quieren desarrollar esta competencia en cualquier alumno con nee porque la considere, al igual que nosotros, un elemento singular y prioritario en el desarrollo integral de sus alumnos. Aunque nos centremos en los alumnos con déficit visual, es extrapolable a cualquier otro alumno, incluso sin tener nee.
Comencemos por analizar pormenorizadamente las dimensiones o subcompetencias que la configuran para esbozar el modo en que se puede trabajar de forma práctica en las áreas curriculares de la Educación Primaria.

  El propio Real Decreto 1513/06 nos da una descripción amplia de lo que supone que un niño adquiera esta competencia, y de aquí podemos extraer los diferentes DESCRIPTORES:

  • Capacidad de elegir con criterio propio, de imaginar proyectos, y de llevar adelante las acciones necesarias para desarrollar las opciones y planes personales -en el marco de proyectos individuales o colectivos- responsabilizándose de ellos, tanto en el ámbito personal, como social y laboral.

  Para desarrollar este ámbito de la autonomía personal de los acnee es preciso hacerlos partícipes de proyectos individuales y grupales en los que puedan poner en juego algunas de las 13 habilidades anteriormente descritas, principalmente la capacidad de elegir y la responsabilidad.
  A nadie debe pasarle por alto el hecho de que, el que más y el que menos, asumimos por nuestra cuenta y riesgo las opciones y planes que en el ámbito personal, social o laboral el acnee debe seguir. Esto lo hacemos en virtud de una falsa creencia de que debemos tomar decisiones por ellos, sin darnos cuenta que de este modo amputamos directamente la competencia en autonomía personal.
  Desde el colegio debemos fomentar este descriptor de la competencia en autonomía e iniciativa personal ofreciendo a estos alumnos la posibilidad de que tomen sus propias decisiones y asuman las responsabilidades necesarias para llevar a cabo pequeños proyectos o planes personales. Como dice este descriptor, deben tener la capacidad de elegir en clase y esto lo podemos iniciar con actividades como:
  1. Con quién te quieres sentar en clase.
  2. En los apoyos individualizados, y según casos, qué necesitas de los maestros, en qué quieres que te ayudemos.. Debemos oír al alumno y dejarlo que decida él sobre aquellos aspectos que peor lleva (ejercicio de autocrítica y conocimiento de sí mismo).
  3. Trabajo de investigación donde el alumno proponga sus propios intereses.
  4. Encomendar tareas al alumno, planteadas por nosotros o a petición propia, haciéndoles responsables de su cumplimiento.
  5. En casos más complejos, podemos ir dando mayores niveles de autonomía, donde el alumno asuma riesgos tales como ir sólo desde el aula ordinaria al aula de apoyo, tiempo para elegir el tipo de actividad de trabajo o de ocio que quiera...
  Estos pueden ser sólo algunos ejemplos, pero lo más destacado siempre tiene que ser el hecho de permitir al alumno elegir y asumir riesgos y responsabilidades.
  • Analizar posibilidades y limitaciones, conocer las fases 
  • de desarrollo de un proyecto, planificar, tomar decisiones, actuar, evaluar lo hecho y autoevaluarse, 
  • extraer conclusiones y valorar las posibilidades de mejora.
  Para que un alumno pueda llegar a alcanzar esta parte de la competencia analizada es necesario que se vea en la tesitura de formar parte de un proyecto en el que poder planificar, tomar decisiones... En la mayoría de los casos es sumamente difícil que nuestros acnee puedan llevar esto a la práctica, ya que la realidad se reduce a la repetición de fichas estandarizadas, rutinas, inflexibilidad y rigidez. No vamos a negar en este artículo que un determinado sector de los acnee pueden responder mejor ante estos entornos más directivos y rígidos para adecuarse a sus necesidades de control del entorno, pero no es así en la mayoría de los casos, e incluso en aquellos que pensamos que este entorno es insustituible, los cambios que podríamos observar en el alumnado si planteásemos un método de trabajo por proyectos podrían llegar a sorprendernos.

  En nuestra propia experiencia, llevando a la práctica un trabajo bajo el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) con alumnos con diferentes nee llamado "Los Ciegos y la ONCE", entre los que se encontraba una alumna con ceguera, otro con TDAH, TEA, Incorporación Tardía al Sistema Educativo, Retraso Mental Leve...; cuando cualquiera de ellos se encontraba en un ambiente de confianza en sus propias posibilidades, de conocimiento claro de lo que se espera de ellos, y de un planteamiento sin errores sobre el producto final a conseguir, sin ninguna duda pudieron llegar a conocer las fases del desarrollo del proyecto, planificar, tomar decisiones, actuar, evaluar lo hecho y autoevaluarse, además de extraer conclusiones y valorar las posiblidades de mejora. Pero con qué tipo de actividades hemos planteado el desarrollo de esta parte de la competencia en Autonomía: 
  1. Establecimiento de roles claros a desempeñar en cada una de las tareas. A los alumnos se les plantea las diferentes subtareas a realizar para alcanzar el producto deseado. Ellos mismos se fueron perfilando eligiendo aquellos perfiles que creían que se ajustaban a sus propias posiblidades. De esta experiencia lo más positivo es la autoreflexión sobre las propias capacidades y limitaciones. El profesorado debe tener un papel fundamental en la elección y establecimiento de roles para que cada uno pueda desempeñarlo de forma clara.
  2. Posibilidad de evaluar su propio trabajo y el de los compañeros. Se trata de que el alumno adquiera algunas de las 13 habilidades ya comentadas para poder realizar una autoevaluación individual y grupal. Habilidades como el control de sí mismo, la capacidad de demorar las propias necesidades en pro del grupo y el ejercicio de autocrítica para mejorar y ayudar a los compañeros.
  3. Formar parte de la planificación de las tareas, actividades y ejercicios a desarrollar durante el proyecto. No se trata de que el alumno vaya terminando blogs o fichas, sino de que comprenda para qué es necesario que las realice, haciéndoles partícipes de todo ello y responsables de la elección de las mismas.
  4. En un ámbito cotidiano de un aula de pt aula ordinaria, este descriptor lo podemos conseguir con actividades más simples, como que decidan lo que van a hacer en la próxima hora, en el fin de semana, cómo van a ordenar su pupitre, qué libros o cómics van a elegir y por qué, para qué tienen que terminar las tareas o que expliquen por qué es importante conocer las reglas de ortografía.
  • Además, comporta una actitud positiva hacia el cambio y la innovación que presupone flexibilidad de planteamientos, pudiendo comprender dichos cambios como oportunidades, adaptarse crítica y constructivamente a ellos, afrontar los problemas y encontrar soluciones en cada uno de los proyectos vitales que se emprenden. 
  Podemos pensar directamente en aquellos alumnos cuya principal dificultad radica precisamente en la falta de pensamiento divergente, podríamos citar a aquellos alumnos con TEA, TDAH, retrasos mentales, ceguera, o cualquier otro que incluya dentro de su repertorio de nee esa actitud positiva ante el cambio y la innovación y la utilización de la flexibilidad en los planteamientos. 
  Cobra una importancia especial en cualquier alumno, y en los citados aún más, el desarrollo de este descriptor, por lo que en clase deberíamos fomentar actividades simples que la potencien:
  1. Plantear pequeños cambios estructurales, anticipándoles e informándoles sobre los mismos, retirando gradual y progresivamente esta ayuda predictiva para ellos.
  2. Proponer nuevas situaciones partiendo de pequeños cambios en situaciones ya conocidas, de manera que puedan generalizar los aprendizajes y transferirlos a esas nuevas circunstancias que se le planteen (cambio de posición en la clase, cambiamos los materiales de sitio, cambio de tareas asignadas a los alumnos).
  3. No establecer cambios que signifiquen un proceso alejado para nuestros alumnos, que no puedan aprehender. Es necesario que estos cambios sigan una secuencia lineal que les permita ir adecuándose a los mismos y comprendiéndolos.
  4. Establecer problemas graduados en complejidad que los alumnos los afronten como problemas a los que proponer soluciones.
  • En la medida en que la autonomía e iniciativa personal involucran a menudo a otras personas, esta competencia obliga a disponer de habilidades sociales para relacionarse, cooperar y trabajar en equipo: ponerse en el lugar del otro, valorar las ideas de los demás, dialogar y negociar, la asertividad para hacer saber adecuadamente a los demás las propias decisiones, y trabajar de forma cooperativa y flexible.
  Podemos considerar que este descriptor debe ser uno de los más importantes a desarrollar en los acnee, ya que supone eliminar las barreras que prácticamente todos suelen tener a la hora de relacionarse con los demás, trabajar, cooperar y, por consiguiente ser capaz de poner en juego habilidades sociales como las que se mencionan... ponerse en el lugar del otro, valorar las ideas de los demás..
  En este apartado, lejos de dar algunas orientaciones sobre las actividades que podríamos establecer o las líneas metodológicas más acertadas, aludiendo principalmente al trabajo colaborativo, tareas o proyectos, etc., preferimos quedarnos con una única palabra para que ésto se pueda llevar a la práctica: INCLUSIÓN. Pero entendida ésta siempre como: integración + participación.


 Puede concluir el lector, que en estos descriptores analizados, lo fundamental es trabajar la metacognición de los alumnos, el ejecutivo central, la toma de conciencia sobre las propias acciones. Esto, curricularmente se traduce en una inclusión clara en la programación de los contenidos de corte actitudinal del tipo "toma de conciencia", "valoración positiva", "actitud de comprensión y asunción de responsabilidades", etc.

Pero, ¿cuál es la perspectiva futura de esta competencia en los nuevos currículos de la LOMCE? ¿Está la competencia en autonomía e iniciativa personal en declive para los nuevos currículos?

Analizando las aportaciones de Fernando Trujillo Sáez (2013) en su blog De Estranjis, en su entrada relativa al "Currículo Básico de la LOMCE: aspectos generales", podemos añadir un problema más al futuro incierto de esta competencia tan importante para los acnee. Citamos textualmente para no parafrasear algo bien expresado:

"Y, finalmente, tras esta invocación a las competencias básicas, también se enuncia uno de los rasgos de esta reforma, la reducción de las ocho competencias básicas a dos: comunicación lingüística, y competencias en matemáticas, ciencia y tecnología e ingeniería (pag. 3). Este movimiento, sutil pero tremendamente relevante, es consecuente con una reforma basada en PISA y las evaluaciones externas que responde al adagio “sólo lo que puedo evaluar es importante y sólo es importante lo que se pueda evaluar”: sabemos evaluar estas competencias, por tanto imponemos su evaluación y las destacamos sobre el resto. Sin embargo, por el camino nos dejamos otras seis competencias importantes para la vida del estudiante (sí, esas que PISA o la evaluación de diagnóstico no saben medir porque simplemente no se pueden medir con una prueba de lápiz y papel económica y fácil de aplicar y corregir) como la competencia social y ciudadana, la competencia cultural y artística, aprender a aprender, la propia competencia digital o la iniciativa y el espíritu emprendedor (que, por otro lado, tanto se cita en este proyecto de real decreto)."

Según este análisis de Trujillo, para el nuevo modelo de la LOMCE la analizada competencia no sería una de las "evaluables", sin embargo, desde este artículo queremos hacer un ejercicio de demostración de la posibilidad real y fehaciente de que esto sí que es posible.

Si partimos de la base de que los criterios de evaluación que proponía el Real Decreto 1513/06 son una realidad observable sobre la aplicación práctica en contextos reales o simulados de las capacidades aprendidas, podemos escoger algunos criterios de evaluación de las diferentes áreas curriculares y ver si, efectivamente, esta competencia puede o no puede ser evaluada y por tanto puede o no puede ser considerada como importante, sobre todo de cara al acnee.

Criterio de Evaluación para el área de Lengua Castellana 2º Ciclo:

6. Redactar, reescribir y resumir diferentes textos significativos en situaciones cotidianas y escolares, de forma ordenada y adecuada, utilizando la planificación y revisión de los textos, cuidando las normas gramaticales y ortográficas y los aspectos formales, tanto en soporte papel como digital.

El alumno debe realizar una composición de textos en la que de ante mano se exprese una toma de decisiones, una planificación previa y una revisión de lo realizado, poniéndose en práctica de manera clara la competencia en autonomía personal y uno de sus descriptores que nos hablan de conocer las fases 

  • de desarrollo de un proyecto, planificar, tomar decisiones, actuar, evaluar lo hecho y autoevaluarse y 
  • extraer conclusiones.

    Criterio de evaluación para el área de Matemáticas 2º Ciclo:

    8. Resolver problemas relacionados con el entorno que exijan cierta planificación, aplicando dos operaciones con números naturales como máximo, así como los contenidos básicos de geometría o tratamiento de la información y utilizando estrategias personales de resolución.

    Este criterio trata de comprobar la capacidad para utilizar estrategias personales para la resolución de problemas y para aplicar los conocimientos adquiridos. Es asimismo importante observar la facultad de emplear más de un procedimiento y la perseverancia en la búsqueda de soluciones, y la expresión, oral y escrita, de forma ordenada el proceso seguido. Esto conecta indiscutiblemente con la competencia en autonomía personal, sobre todo en aquel descriptor que nos habla de identificar y cumplir objetivos y a mantener la motivación para lograr el éxito en las tareas emprendidas, con una sana ambición personal, académica y profesional.

      Igualmente podríamos hacer referencia a la inclusión de esta competencia dentro del tratamiento de los contenidos curriculares. Incluso el mismo documento borrador sobre los currículos básicos incluye contenidos que fomentan y desarrollan la competencia en autonomía personal, por ejemplo en aquellos contenidos que propone para la nueva área de ciencias de la naturaleza y que habla de la elaboración y planificación de proyectos de trabajo.

    Así podríamos seguir argumentando la inclusión de esta competencia en los criterios prescritos por los reales decretos para justificar la evaluabilidad de la misma. Además, no debemos olvidar que el nuevo elemento curricular que se incluye en los borradores de reales decretos de currículo y que hacen referencia a los Estándares de Evaluación, nos van a permitir diseñar, elaborar y crear tantos estándares como dimensiones de esta competencia podamos trabajar en cada área y por tanto podremos evaluar de forma observable la aplicación práctica de ésta y de cualquier otra competencia.

    Es por ello que desde aquí reivindicamos la importancia de la competencia en autonomía e iniciativa personal para el desarrollo integral de los acnee y, supongo que el lector ya habrá podido apreciar que si este artículo no se hubiese dirigido a estos alumnos sino al alumnado general, el sentido del mismo no variaría, evidenciando una vez más que la línea divisoria entre acnee y alumnado general es sólo imaginativa.
    Antonio Márquez

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